El partido de ida terminó en empate 1 a 1. Pero de la mano del ídolo de Talleres, Daniel Willington, Talleres se adjudicó la segunda final el 6 de agosto de 1994 por 3 a 1. El equipo formó con: Irusta; Graieb, Kesman, Rivarola, Rossi; Benítez, Chacoma, Rizzio, Gauna; Osorio y Boldrini. En 1994, solo un año después del primer descenso de su historia, Talleres se cruzó con Instituto en una final que, además, marcó récord de recaudación para el fútbol cordobés: 873.335 dólares en el juego decisivo.