Entonces, Ñito ejerció como técnico interino en cuatro partidos, en los que no consiguió ganar, hasta el regreso de Monero, al tiempo que José López Gómez salió elegido presidente. A finales de diciembre, la junta separó a Moreno de la plantilla y lo expedientó, pues se unió al posicionamiento de los jugadores, que llevaban tiempo sin cobrar. Tras bajar a Segunda División B, de cara al curso 1978-79 se desprendió de una decena de futbolistas, si bien se mantuvo a Sanchís, que duró hasta la octava jornada, cuando su ayudante Olimpio Romero le sustituyó.