Luego de ascender a Primera en 1985, a Central se le presentaba un nuevo desafío: poder hacer un buen papel nuevamente en el Campeonato mayor del fútbol argentino. La rivalidad nace en la era amateur del fútbol argentino, cuando Platense aún no tenía su estadio en la Zona Norte del Gran Buenos Aires sino en el norte de la ciudad, más precisamente en Núñez.